NicoLerga

El fin del verano

El sol me acaricia la piel,

con la sensualidad de sus dedos,

recorren mi cuerpo sus labios

en un profundo y cálido beso.

 

Un silencio tierno que rompe

un colibrí al cantarme al oído;

un árbol lejano que esconde

el recuerdo de amores prohibidos.

 

Un camino lento hacia el tiempo,

evadirme al tacto de la brisa,

al rozar mi nuca su aliento,

a los placeres de una sonrisa.

 

Y muere el sol tras la montaña,

calla la brisa, para su canto,

llora el árbol en la distancia,

en la añoranza del verano.

 

N.L.

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