El Bambú común florece
una vez cada 32 años.
Saber esperar.
Quiero ser bambú que aguarda
su sazón.
Que se acurruca al frío subsuelo
sin reloj que urja su despertar.
Que ve brotar veloz la caña, que no
conoce cielo que le niegue.
Quiero ser bambú que habla solo
una vez, para no quebrar en demasía
la excelsitud de su silencio.
Que si dice es porque antes leyó.
Que si recita es porque antes escribió.
Que si cita es porque antes tildó
comillas contra el plagio.
Quiero ser bambú que acaricia los
vientos con su mecido rumor,
que serena sin romperse lo inmenso
de un náufrago.
Que mi semilla hiberne hasta
forjarse varapalo de lo absurdo.