Surgieron sin pensar, y así nacieron,
las palabras que salen al cuaderno.
Pequeñas vivencias y retales,
hermosas mariposas soñadoras
y en otras, telarañas,
recogidas con paciencia
en la memoria.
Nacieron vacilantes estas letras,
intentando llenar unas cuartillas,
aunque sé que, muchas veces,
la caricia llegaba en los latidos de la vida
que amanece con el alba,
en la tarde que pasaba y se marchaba
en un suspiro,
en la esencia de los versos
que formaban el poema
y se vive cada día.
Surgieron temerosas y con miedo
“cien palabras” que aquí nacen,
intentando suspirar y ver la vida,
para ti.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/09/18