De muerte la muerte se viste
en las cuencas brillan estrellas
su boca sin lengua calla
palabras de amor olvidadas.
Desde aquella noche malhadada
guardó sueño y descanso
pero hoy
el cielo tapiza de brillos
animando sus manos
que aún bellas
se alzan rodeando la luna
en un intento
otra vez fallido
de enamorarla en un beso.