Loba esteparia

Soma

Una facciones duras me miran fijamente sin dejarme dormir.

¿Sus ojos? dos pozos inmensos de ébano líquido dónde me ahogo impasible.

¿Su boca? una enorme cueva que encierra el eco de los remordimientos. 

Cada vez que me susurra, el tiempo corre más deprisa. Me sumo en la desesperación al contemplar avanzar la noche acelerando su paso.  Huyendo de mí. Sin poder descansar.
Tampoco consigo cruzar el umbral hacia el mundo onírico. Y mi alma se revuelve por no refrescarla con los sucesos surrealistas que sólo ocurren en mi mente.

Pero a raíz de eso surge la misma pregunta. ¿Cómo demostramos que la realidad es distinta a los sueños? \"-Quiero decir, todo eso ocurre en nuestra mente de manera indistinguida, ¿no? Lo único que separa estos elementos es dormir, la desconexión de la conciencia.-\"

 

Otra vez, cara a cara con el insomnio...