A la mujer se le ama o se le odia,
se le desprecia o ensalza;
son esos sentimientos los que nos mueven a ella.
La mujer repugna o provoca.
Lo demás con la mujer
es un híbrido que rompe con la vida,
porque el hombre y la mujer
son dos fuerzas contrapuestas
que sólo encuentran reposo en su batalla eterna.