´*Comprendido por versos alejandrinos, donde cada hemistiquio lleva forzosamente tildado sílaba 3 y 6, y en algunos casos 1 - 3 - 6;
clave de rima AABCCB
Nota: no puede haber otra sílaba tildada fuera de estos parámetros porque sería un insulto para el poeta Rubén Darío.
En la lluvia ocurrente rememoro, fugaz,
el espejo brillante me trasluce su faz,
resaltaba el fulgor y su poca nobleza…
(Eran tiempos preciosos de otoñal juventud
no como hoy: momentos de muy poca virtud)
y crecía, hasta el cielo, su soberbia belleza.
Caminaba tan pícara por el viejo sendero
con un paso silente, poco extraño y viajero;
el piropo se oía como música hermosa;
parecía azucena entre puertas de invierno,
parecía una perla, parecía un infierno
el quererla por siempre con la daga afanosa.
Todos iban tras ella, le ofrecían regalos;
la miraban los pícaros, los humildes, los malos,
o un trivial como yo. Parecía un tesoro…
su perfume sahumaba como flor del herbario;
nos miraba tan idos, parecía un acuario
su retina y fulgor como perla o el oro.
Pretendientes rondaban su carmín corazón;
y tocar sus impulsos, y quebrar la razón;
por capricho de estío, por un ruego de invierno;
era musa a mis ojos, le rogaba amistad…
¡Qué belleza que tuvo, qué valor de la edad!
¡Qué mujer que tan bella en mis tiempos de infierno!