Mirándonos de frente, no nos decimos nada
quizá no precisemos, vocablos ni palabras
quizá sólo nos baste, nuestra propia mirada
la luz de tus pupilas, con su brillo me habla.
Hay entre nuestros cuerpos, todo un mar de silencios
un hálito de ausencia, huellas de desacuerdos
oleadas de reproches, un vendaval de miedos
y toda la distancia de un camino maltrecho.
Se lleva la galerna la distancia y el miedo
Se quedan nuestros sueños y el amor en medio.
Y se revela tu rostro, sin palabras ni verbos
esbozando en la boca, la sonrisa de un beso.
Entre los brazos del viento, alegre baila la arena
cogidos de la mano, danzaremos con ella
la briosa melodía, de olas y mareas.
Nos sobran las palabras y hasta las frases hechas
Es esto lo que tiene, la luz de septiembre
que ilumina la playa y el amor resplandece