Tu amor dejó un ruido sordo.
Fue como un brillo de ciego alumbre
como una cima sin bordo
y soledad en la muchedumbre.
Volvió relajante el escalofrío
como un espanto inaprensible
que acobardó el bravo brío
y retorció indiferente lo sensible.
Se convirtió en océano sin playón
en un silencio atronador
en cascada sin farallón
y en laguna con turbador.
Fue un anuro que no llegó a sapo
un anfibio que no tuvo príncipe,
un consorte sin princesa
y una infanta sin realeza.
Un pistilo sin semilla
una simiente sin carpelo,
sin flor, ni perianto
y un cogollo con un manto
que no brotó en la villa.
Fue un absurdo casi sensato
que, como fuego, sin esparcir ceniza
dejó un muerto con boato
y una mortaja sin olfato.
Pero fue el amor…
y eso fue superior…
porque encendió la rima
la prodigó con palabras,
y la ensalzó con verso que trina.
Aunque dejó este dolor
lo amortiguó con ilusión
y anticuerpos de pasión.
AntonioCastro