Ahora lo tenemos bien cercano
no sin llegar a doblar tanta esquina,
tanto como este acertijo adivina,
en el pliegue, a la vuelta, tan a mano.
Aquí está todo lo más cotidiano:
fregadero, cubiertos, la cocina,
la noche con su estrella vespertina
sin tener que buscar allá, en lo arcano.
Está en el ordenador, en tu risa,
en el sol, en las nubes, en tu día,
en tu tacto, en tu mirada, en tu visa.
En calles, en tus huellas, en tu guía,
en tus piernas, tu caricia sin prisa,
en la secuencia donde todo fluía.