El invierno es una gran época para caer
en los largos pero cálidos brazos del amor,
hundirse bajo las densas aguas de ilusión
y rodearse de colores fríos.
Suspirar en los días donde predomina el olvido
y alejar del centro el pasado abyecto,
restablecer el polvoriento viento
actuar y no pensar sobre lo que es correcto.