En una de mis vidas anteriores había pensado en la hipotética idea de nunca poder encontrarte, bagaba por incontables laberintos quimericos de sublimidad tratando de buscarte.
Y entre tantas vidas infinitamente recorridas logré volverte a encontrar, tan hermosa y llena de impresionantes cualidades de ser universal, tal cual como te había visto en mis pensamientos y sueños metaforicos.
No perdí la oportunidad, aunque con mucho temor me aproximé a ti poco a poco y con mucha calma, calma que me brindaban tus ojos, ojos donde descubrí mi religión; el Amor. Donde tu eres mi Diosa, y tu cuerpo mi paraíso, paraiso en donde hay vida, la vida que quiero vivir contigo y contigo quiero terminarla.
Pero...
Aunque tuve la grandiosa oportunidad de rozar mi cuerpo con tu cuerpo y mi alma con tu alma, siento que todo se desvaneció y acabó en la nada o en el todo, y que tal vez lo vivido fue un sueño trastocado en mi vida futura.
¿Dónde encontrar mi calma si nadie más que tú me la dabas y cómo encontrar mi religión, si tu corazón era mi templo?
Adiós te digo o a Dios me quedo, pero amandote como si nunca te hubiese encontrado, con el amor que siempre guardo para ti.