Y prosiguió aquella voz, que le hablaba a Leónfilo y le explicó muchas cosas de la vida y más aún llegó a hablarle acerca de la astrología, del tarot y de los signos zodiacales de cada mes. Y más aún se acordó de todo aquello que había olvidado y echó hacia adelante, el cura Leónfilo no se sentía culpable pero tampoco inocente, él sabía que habló con un tal Dios y que ese Dios le había contestado a su llamado y a sus interrogantes. Y sacó desde su interior fuerzas para continuar su trayectoria y más aún su esperanza que nunca faltará en su corazón. Y aquella voz le seguía insistiendo. Pero, a Leónfilo no había nada ni nadie que interrumpiera esa oración entre él y su Dios. Y llegó el domingo de misa y habló con los feligreses de la iglesia y les contó todo y más aún fue de punta de partida para una grabación hacia ser una evidencia para el Negociado de Crímenes de Europa. El cariño y el respeto hacia el cura Leónfilo siempre iba a permanecer presente, porque la confianza que él Leónfilo había depositado en sus feligreses fue bastante como para poder ser tan libre como el ave que vuela por el aire. Mientras que el frío penetraba más en la piel, y la gente era tan subordinada en ese frío, que hasta la chimenea no calentaba mucho en la piel. Y Leónfilo quiso entregar todo aquello que se llama verdad en la boca de él, Leónfilo. Y cumplió con lo prometido yá se había de realizar el próximo juicio en cuestión del asesinato de Christian Polon, y sabía que toda evidencia estaba en su contra y más aún que estaba al filo de ser encarcelado por siempre y más aún porque el que falleció era un científico muy importante de Europa. Y Leónfilo quiso ser un orador de primera les pidió a los feligreses que rezaran por él, porque se debía de enfrentar a algo de vida y de muerte. El frío cayó en el abrigo de leónfilo suave, tenue y opaca, y él yá sabía que no era su tiempo. Él, iba a luchar hasta el último instante de sus días en demostrar su inocencia, pero, él no tenía más que errores que había infundido en su vida, en su cotidiana vida, como por ejemplo, dejar la línea abierta y que todavía el Negociado de Crímenes de Europa no se había percatado aún más. Como por ejemplo toda su indumentaria y más aún santos y reliquias a granel en su hogar que se sabían que eran de él, de Leónfilo. Y el adivino aún continúa hablando, a través, de la línea que tenía Leónfilo en su cabeza como un cortocircuito de la onda sonora del artefacto que él mismo creó. Todo el laboratorio de Leónfilo tenía orden de ser confiscado y más aún se llevó hacia el occidente todo aquello que era evidencia al juicio de Leónfilo en occidente. Es otro domingo de misa dominical, y Leónfilo logra realizar la misa con muchos nervios de antemano. Porque yá se debía de realizar el próximo juicio y se ventilaba que había de ser culpable. Cuando logra arribar a la corte suprema con ese frío que casi cuece lo helado en la piel. Que casi se congela su corazón por lo triste y abatido que se hallaba. Cuando el percance se viste de luto, vá de color negro, con su sombrero, guantes y bufanda de color negro. Es Leónfilo el cura aquél que se cree el Negociado de Crímenes de Europa, que Leónfilo asesinó a Christian Polon, el científico aquél con que Leónfilo habla a través de la línea transmisora del diente de marfil colocado con el caracol, pero, el único error, que sintoniza la estación radial am donde Christian Polon habla con la audiencia acerca del entorno que nos rodea y más. Es Christian Polon está en la morgue, tan fría como el cuerpo sin vida, le realizan la autopsia y revela que fue un fuerte “shock” un estruendoso golpe en el oído del señor Christian Polon. Y se desangró y crepitó en sangre su cabeza, hasta que fue atendido en el hospital más cercano donde anuncian su muerte y murió en el acto. Hasta que fue sorprendido en un acto de violencia radial, a través, de la línea transmisora con que él le habla a la gente de su audiencia radial, a través, de un programa noticioso radial. Llega a occidente parte del artefacto de Leónfilo y más aún los resultados de la autopsia. El adivinador continúa como loco hablando, a través, de la línea encendida a Leónfilo, sin saber dónde se encontraba y qué hacía Leónfilo. Leónfilo está en su segundo juicio, y se debate entre la vida o la muerte de ser el acusado y, más aún, el asesino de Christian Polon. El artefacto o máquina con que habla Leónfilo, es además, una evidencia contundente para el juicio de Leónfilo, el vil y sanguinario cura asesino de Christian Polon en vez de ser el Dios mismo. El cura Leónfilo se siente desolado, triste, y abatido en su pensamiento no hay culpabilidad, no hay ni existe la sentencia acusadora entre el juez, el juicio y el asesinato de Christian Polon. No hay excusas, no existen las preguntas sin contestaciones, sólo hay un muerto y es el cadáver de Christian Polon. Él, Leónfilo, sólo quería hablar con Dios, y más aún quería ser como todo un Dios poderoso, pero, quedó en un mal estado de subconsciente y paranoia afectando su salud mental y más aún su estado emocional al querer hablar con un tal Dios. ¿Y lo logró?, Pues, sí. Con un artefacto tan real como poder hablar a través de una línea de onda sonora. Y resultó lo que fue contestar todas aquellas interrogantes que el acusado sin más testigos que el jurado tiene y debe de confesar y contestar. Como una verdad que se enfrenta hacia la inexistente vida. Y Leónfilo pasó por ese proceso, cuando en la vil manera mató a Dios. Y lo dijo ante tanta gente que asombrada quedó sin saber que era Christian Polon que era quien le habla a Leónfilo. Y Leónfilo quedó aterrado y más aún horroroso de creer y pensar que pudo herir a alguien a través de ese transmisor o línea sonora. Y creyó en todo que sí, lo había matado y más aún asesinado de la más cruel y vil manera, con un artefacto que él mismo había elaborado para poder hablar con Dios. Se cree que es verdad que sólo se siente el reflejo en el agua de cristal donde se vé todo como la pura realidad.
Continuará…………………………………………………………………………………