Las grandes torres hoy pueblan las edades del cielo,
Y los hombres refuerzan su ego
Para no verse de nuevo, allí, junto a los dioses enfermos,
Que nadie alimenta con grandeza.
Hoy el gran día del mañana,
Cuando rompemos la imposible barrera del sol
Para forjar una pizca de motivos,
Y así vivir, penetrados, absorbidos por el mundo.
Las almas no abstienen su orgullo de querer ser,
Entonces quienes somos?,
Desde donde venimos?
Hacia donde alzaremos el vuelo amargo?,
Amargo, tan amargo que a veces cortamos nuestras alas,
Las rompemos, las fragilizamos,
Y sin ellas somos felices para no arriesgar y vivir.
El tiempo se hace piedra.
Y los muchachos hombres,
Y los brotes gajos de un eterno crecimiento.
Entonces nuestras almas se flagelan,
Se doman, y crecen hasta su adulto nivel.
Entonces hoy es el día,
Siempre esta el día del comienzo
En que al igual que las flores crecen,
Los hombres caminan y elevan tras su cielo de ilusión una forma diferente de vivir.
Ningún imperio está caído,
Ninguna ciudad fue derribada.
Y somos nosotros, y seré yo,
El único dueño de mi verdad,
Y no correremos ni correré sin antes caminar,
Y no volaremos sin antes soñar,
Y no venceremos sin antes ser derrotados.
Es un camino frágil, en que padecemos y cantamos,
En el que somos fuimos y volveremos a ser.
Pero nada de esto muere, nada de lo que hacemos,
Mas allá de que existamos mañana o no, será muerto, nada!
Somos eternos y hasta a los ángeles derribaremos,
Para lograr ser aún mas vigentes que la eternidad de esas almas.