Oscuro acantildado, mi existencia
Fallida en el utero, la demencia
Forjándose en mis células hermanas.
Malditas cada una de las semanas
En las que existo para mendigar
Razones para vivir; y llorar
La condena siempre ha de arraigar
Mis pecados, junto con el no orar.
Nefasto cielo y estrellas que cobijan
El insípido de mi caminar;
La muerte y la mala suerte me elijan,
Ojalá; y todo aquí culminar,
Como uno que sólo vino de paso
Con versos y desdicha en cada ocaso.