A. Martinez

Es parecido.

 

Tú si me entiendes cuando digo tarde,
y me pongo a enumerar
accidentes de la naturaleza:
la hoja que cae,
la piedra que vuela,
el agua que apura
su pecho contra el
rostro de la roca,
o esa otra que va a tocar
la arena con suavidad de pluma,
el pájaro y su concierto
de felicidad,
el grillo,
la luz,
el sol.

 

Conmigo, cuentas los pasos
que nos separan
de la esquina que duerme,
sentada sobre el doblez
de una calle,
debajo de un semáforo
que parpadea colores.

 

A veces, te paras a mirar
como caen las líneas
paralelas de luz
nocturna, sobre la hierba
dormida, y en ese instante,
yo te pienso, viendo como
juega esa misma luz,
en la piel de las paredes.

 

Y es parecido a estar juntos,
con ese olor calladito de tu piel
entre mis manos nerviosas,
es parecido,
parecido.

 

Eduardo A. Bello Martínez
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