Me queda tu ausencia que se pasea sin rumbo, como mi soledad que navega desnuda entre tu nada y mi todo
Me quedan tus besos que ahora son fantasmas de mi recuerdo, que navegan entre las memorias de tu olvido
Me queda tu último adiós, esas cinco letras que marcaron el comienzo de alto eterno
Me queda tu mirada, esa que me dabas cuando no encontrabas la calma
Me quedo en un abismo lleno de ti, lleno de tus silencios, lleno de retazos de papel que ahora son pura tinta y puras lágrimas
Me queda un invierno infinito, lleno de tardes secas en las que ya no habitas tú.
Me quedo en una ilusión que arme, por si decides volver
Me quedo en tus promesas llenas de para siempre, llenas de besos que no tenían fin
Me quedo en tus brazos que ya no están, pero que algún día fueron parte de nuestro encuentro.
Me quedo en la nada misma porque ya no te tengo y navegare en mi memoria buscando pedazos de ti, buscando pedazos de mi, para armar un cuento final en el que no exista el momento en el cual tú te vas.
Y me quedaré transitando olvidos que me lleven a encontraré en algún quizá, en alguna vez.