Este siglo convirtió al amor en una emoción, en un sentimiento pasajero y sin compromisos; ya no se decide amar, se ama porque aparecen escenarios donde presumir es más importante que respetar, legitimizar y elegir.
El amor se puede definir de muchas maneras, pero, jamás dejará de ser una decisión, aunque aparezcan cientos de definiciones nunca perderá su esencia, así muchos autores y cantantes contemporáneos quieran cambiar la connotación de la palabra amor, no podrán, porque desde la mente y el corazón ese patrón nunca será borrado, porque una decisión es lo único que despierta cada fibra haciéndola sentir viva, útil y preferida.
Si usted está amando en las condiciones que enseña este siglo, déjeme decirle que no está sintiendo amor, que sólo está llenando vacíos que tiene en el alma y corazón; vengaa, es que no existe formato para amar, pero sí una clave para sentir el amor real, D e c i d i r porque cuando se decide, se prefiere, se escoge, se convierte en impulso para lograr lo que se diseña y además, se aprende a creer que no hay nada, ni nadie más que le proporcione tanta felicidad y lo haga sentir en paz, porque ese es el resultado, de una amor clásico.