Una mirada tierna en la mañana
despierta en ella la alegría ufana
justo en el alba resplandeciente
ignorando todo cuanto pienso incipiente...
De pronto entre las sabanas ella se pierde
y así su dulce flor abre sus pétalos
coloca su córola entre mis sépalos
solo así el néctar de la vida enciende...
Al culmino de aquella insiduosa faena
se levanta cual esfinge o Diosa en altamar
camina sin rumbo y casi sin pena
como dándose un tanto a desear...
Sabe que por ella yo estoy perdido
sabe que me tiene justo a sus pies
sabe que hoy no puedo ser bandido
sabe que yo le he llegado a creer...
Se dirige así a la cocina
y prepara algo de comer
desayunamos muy, muy juntos,
estamos listos para beber...
Ella bebe de mi eterno elixir
yo bebo de sus bondades
no miento, me hace feliz,
es verdad, somos un par de huracanes...