Los buenos saben amar más allá de las fronteras,
porque el amor va en el alma más allá de nuestros cuerpos.
Cuando el amor es sincero no importa decir te quiero,
aunque no unamos los cuerpos, porque el alma es la que ama,
y más vale amar con el alma a la persona que quiero,
que entregar un cuerpo amante si no hay un amor sincero.
Si morimos, el amor siempre nos lleva hacia el cielo,
el cuerpo queda en la tierra porque fue pasión y fuego,
y si ese amor es sincero y la pasión nos arropa,
no hay fronteras que nos haga tropezar con una roca
cuando desde la distancia mi boca besa tu boca.
Los buenos saben amar más allá de las fronteras,
porque en un suspiro enviamos cruzando los siete mares
lo bonito del amor que nace en el corazón.
Felicidad no es unir un cuerpo con otro cuerpo,
es la unión de las dos almas de un te amo y un te quiero,
y aunque tu alma y la mía se amen en la distancia,
no habrá distancia que evite que el corazón lata fuerte,
y cuando el amor es sincero los buenos saben amar
más allá de las fronteras y más allá de los cuerpos,
porque al final de la vida las dos almas van al cielo.