He conocido algunos hombres
como Leopoldo María Panero,
pero su forma de explicar el
mundo era más hermética,
ni tan acertada como cuando,
Panero dice aquello de que
España es un país sin dioses
pero con estatuas de dioses,
aquí no hay religión sino mucha
superstición con muchos oropeles
mucho vicio y poca pasión, pocos
se enamoran o cantan una canción
en un barrio de pútas, eso va contra
las buenas costumbres, para Panero,
experto naúfrago, la vida es agua cenagosa
de la que intenta salvarse, sin salir del cieno.