Noble como los árboles añejos,
límpido como un cielo de marzo
y profundo como el mar,
ha tornado el mío cálido,
sereno y amoroso
como paloma en arrullo
al borde de la eternidad.
Él amansa mis furias ancestrales,
mis huracanes de odio,
mis rayos y tormentas interiores;
alivia mi tristeza y mi dolor.
Alcanza para todo tu corazón abierto:
Amante, amigo, madre, hermano;
para todo lo que vive y es
en este universo desbocado.
Siempre unidos, tu corazón y el mío,
por esa fuerza cósmica que desató algún dios
ansioso de mostrar sus poderes infinitos,
tan infinitos como tu corazón.