Deja que actué tu Corazón
De qué sirve atacar a otros
Acaso yo soy perfecto
Y carezco de defectos.
Deja que actué la humildad
Y despoja el orgullo que
Acongoja a la humanidad,
Seca las lágrimas del
Prójimo sin observar su carnalidad,
Pues borra de su rostro la pena
Y siembra la brisa fresca
No seas el sol resplandeciente
Que quema con su pasar,
Ni la lluvia que inunda
Causando estragos su rozar,
Riega los lirios que florecen
Y pon frutos en la corona del saber.