Oiga madre mía,
Su recuerdo me trae nostalgia,
Pero también me trae alegría;
Pues tus actos eran como la magia,
Y parecías controlar una sinfonía.
Fuiste una mujer hermosa que lloraba y sufría,
Pero también estabas llena de gozo y alegría;
Fuiste madre, amiga y hermana,
Y aunque ya hace mucho tenías la primera cana,
Todavía reías como una niña pequeña,
Siempre tan honesta y de intención sana.
Puede que no me oigas porque ya no estas,
Y lastimosamente no hay forma de virar atrás,
Pero, aunque no me oigas te voy a recitar,
Porque antes te gustaba escuchar.
Y aunque yo no sea el mejor poeta que haya nacido,
Ni el mejor escritor que en la vida se hacía,
Este es el mejor de los poemas,
Porque es para ti que fuiste poesía.