clonariel

ENCIERRO

A mi lado llegaste, alborada
en la penumbra. Tu mustia belleza,
tu corazón jubiloso
hilvanaron en mi, primavera y asombro.
Recorriste mi intacta tristeza
de tiempos pasados.
Sol y viento te trenzaban el alma,
luz y tiniebla hendían tu frente.

 

A mi lado viniste.
Me cercaba la pena, hallaste esta isla
desierta de encanto.
Batallaron mi duelo y tu bravía dulzura,
hasta que la ortiga del llanto
quedó mutilada. Y brotó del barro
el jazmín de la risa.

 

¡Ay precaria ilusión! ¡Ay rauda dicha!
Inquietud de lejanías te fueron apartando.
En la niebla de lo incógnito
hallaste destino.
Bebiste de mi caudaloso anhelo,
y ahora son sed mis recuerdos.
Late, ahora, en aletargado vaivén
mi preso corazón obnubilado.