Caricias que en el cielo van de recogimiento,
mudas nubes, y cada extensión paralizada
del músculo que espía, en tu mirada ensimismada
de pasión y manos que vuelan en pensamiento.
Los dedos regocijados. En el momento
de la acción soñada, la almohada
susurra en la noche alargada
y las caricias elevadas de contento.
Profunda sensación... y la sensibilidad crece
en el mirar nublado y te cuido
entre las sábanas y el amor se aparece.
Merecemos que al amor lo envolvamos juntos,
tejido entre suspiros sin llegar nunca al olvido,
la vida sin caricias es triste y de difuntos.