Y me levanto en la mañana luego de soñar con vos, y pienso en vos al desayuno junto al humo que exala el café negro, y junto al vapor que provoca el agua caliente de la ducha, y miro el espejo empañado, le paso la mano lentamente esperando ver tu reflejo, y no, solo esta mi cara con una expresión de costumbre a tu ausencia, y sigo contestando el teléfono y haciendo informes pero con vos en mi cabeza, y llegan las cuatro y treinta y voy de vuelta a casa recordando mi reflejo en tus ojos negros, y preparo la cena, sí, la pasta que tanto te gustaba, y brindo al espacio vacío en la mesa, que pena, no sabe apreciar un buen vino... Y sigo y me ducho, el mismo vapor, el mismo espejo empañado, la misma cara de costumbre con un anhelo encerrado.... Y vuelve el círculo con tu nombre, con tu estatua corporal bendita.