Quiero fundirme a tu piel como herencia de tu despedida,
y ser el aliento enamorado que te marque de por vida,
Quiero ser la palabra que no esconda sus alegrías,
para olvidar el triste adios de una cruenta despedida,
Quiero ser la lágrima que anide en tus pupilas,
para besar tus ojos cada mañana en nuevo día,
Quiero ser ese abrazo que me dejaras,
Y ser el viento que disimuló mi voz ya muy herida,
Quiero ser tu Amor y tu destino,
y traerte nuevamente a mis brazos, a mis labios... a mi vida.
El Adiós no existe, porque nunca nos separamos,
El Adiós es un hasta luego,
que me hace jurarte con el tiempo,
cuanto te amaría...
No hay dulce más perfecto,
que el saber que habré de verte,
cuando muera el sol, o nazca un nuevo día.