Nadie me dijo que la vida era una condena perpetua,
que el nacer era el acto mas grande de suicido jamás escrito,
que no importa lo que hagas, siempre lo harán mejor,
que pase lo que pase, nada tiene sentido si tu no se lo das.
Nadie me dijo que la vida era tan dolorosa y efímera,
que tenías que sufrir, llorar y acabarte en vida, para poder vivir,
que incluso las cosas que te hacen sentir placer pueden acabar contigo.
Nadie dijo que sentirte vivo era una cosa tan dolorosa e intranquila.