SaborĂ­o Parreaguirre, Marco Antonio

Pirata generoso

¿Dónde estás, luna escondida que dejas mis noches en negro?
Sollozante, busco un rincón donde llorar en una habitación redonda.
Cantos de sirenas acompañan mi navío por esta noche apagada.
Las brisas acarician mi rostro y son más generosas que tus manos ásperas.

¡Tierra a la vista!
Atrás quedó mi vida desvaneciéndose con la espuma del océano.

Música de gaviotas invitan al baile pero la tristeza es tal que hace preguntarme: ¿cómo apreciar el bello paisaje que tengo a mi alrededor si no estás a mi lado?
Quisiera navegar sin rumbo, sin prisa ni escala.
Mientras pueda ver tus ojos en mi mente, te pensaré y querré hacerte caminar por la borda y obligarte a saltar a la deriva, que naufragues perdida, hambrienta... Y sola!
Podría encarcelarte y ver como día a día vas muriendo.
En primera fila, con ron y tabaco, te vería complacido de maldad pero no puedo ser pirata de amor, prefiero ser pescador de cariño y que tus risas como cardúmenes alimenten este hambre voraz, que el vigor de tu mirada ilumine mi ruta y tus cabellos rebeldes se muevan con el viento y me hagan llegar a ti... pronto, mañana, hoy, ahora!

 

Marco Antonio Saborío Parreaguirre.