Enamorado de la hermosa nada,
con esos negros ojos, te reverencio,
que me acompañas en el silencio
con el sueño de una ternura acariciada.
Nada eres y lo eres todo,
imagen que aparece, y se va
en la sombra que se eleva,
y como nube te reflejas sobretodo.
No hay en la nada color,
sólo tus ojos que le dan vida
a lo que parece unida
a la existencia de mi dolor.
Duele lo que no se tiene,
lo que en la nada vive,
lo que está lejos,
lo que no se sabe.