Mírame,
y escucha mi cara,
que está hueca de pasión herida.
Ese hilo de amor que nos unía
ha sido destruido.
La luna como hierba, vigila
las cicatrices mórbidas
De tu péndulo de Amor que oscilaba, permanente.
Un pájaro errante mueve las alas del Destino.
Cómo ser palabra y sentimiento?
Mientras, el horizonte
busca hierros incandescentes
en las inmensidades de ese cristal roto
que te repetía
Y que ya es casi desconocido.
Hay un
tenue aroma viejo y la espiral
de los recuerdos y
de las galaxias, que conmueven,
se preguntan burlonas y a carcajadas
el porqué de éste, mi Invierno
permanente.
Mientras, pienso y siento,
este aletargado y
atorado tormento en mi garganta
en mi alma y en mi cuerpo….
Y ese temblor de alas
que me lleva hasta la misma Muerte,
tan nefasto
y con hirvientes espantos,
que huelen al Ocaso Oscuro y sin simiente
de la incógnita desnuda y del desierto
de los muros de la Eternidad.