y sin embargo sé que son tinieblas
las luces del hogar al que me aferro,
me agarro de una mampara, a un hondo hierro,
y sin embargo sé que son tinieblas.
por que he visto una casita y una playa que no olvido
la mano y su sonrisa, en el interior de un auto
comprendo los sentidos de la noche
porque he visto una casita y una playa que no olvido.
cuando de pronto el mundo da ese acento distinto,
cobra una intimidad exterior que sorprende,
se oculta sin callar, sin hablar se revela,
comprendo que son corazones extintos
de esos días manchados de temblor venidero.
sé que me dice que no hablo, que evado... que no abro la puerta...
ay veces en que les temo
nunca las pienso entradas,
no es que niegue ocaciones,
es que son decepciones
porque están predestinadas.
yo tengo puertas...
a donde van mis deseos;
pues, aunque estos dan rodeos,
tienen puertas destinadas...