LEGADO.
¡Oh, mi dulce y amada novia proletaria, de varicosas piernas,
de manos maltratadas,
de párpados caídos,
y anemia…, mucha anemia,
oh mi novia proletaria de los hijos sin padre,
de la risa marchita,
dueña de la intemperie y de la noche,
¿porque no te cantamos en Poemas del Alma?.
ven, toma mis manos,
toma mis sueños,
empalagados de su sudor y de almíbar.
Te dejo esta foto de Teresa de Calcuta contemplado el ocaso,
las sogas de anónimos suicidas,
esta boina negra,
el traje de campaña y la Bitácora de aquel Quijote salido de Argentina,
te dejo estos cuchillos y estas flores…,
y un Poema de Whitman escrito en arameo.
En mi talego llevo la Segunda Declaración de la Habana,
suficiente para incendiar la morada de Ali Baba,
tenebroso castillo de la calle Wall Street,
en la trepidante ciudad de Nueva York,
donde los mercaderes enajenaron el Trono de Dios,
te dejo este beso fatigado por la pena,
por tus hijos sin padre,
por tu anemia en el rostro,
por tu risa marchita,
¡oh mi dulce amada novia proletaria…¡
-¿Por qué no te cantamos en Poemas del Alma?-