No sé si me ha llamado o me derramó,
estoy aprendiendo a prender
para ahogarme en el fuego de sus manos.
Dejo su lumbre en mí,
en su ausencia todos los días amanece un muerto.
Resumo lo lejos como lo vivido y lo fallecido,
recordarlo es incinerarse lo unidas que estuvieron nuestras manos.