Son tus ojos los que no ve
la fea beldad de lo utópico;
la caída de tu mirar babilónico
lo que me hace más puré.
En la fealdad de tu azotea
y en mi belleza alcohólica
puedo sentir chispar en tu teórica
el pensamiento de tu diarrea.
Si yo de mi lado no escapo
y a tí voy por tu oxígeno,
¿por qué te vas a lo mísero?.
Lo lerdo es pasar de página,
mirar de lado de forma rápida
para yo seguir siendo un sapo.