Menesteo

¡Pinares, cómo os recuerdo!

 

 

¡Pinares, cómo os recuerdo!

 

 

Paseando por los litorales entre sus montes y  playas,

veo tantas edificaciones asomando cuán atalayas que

no dejo de preguntarme, cuales habrán sido las razones

para arrancar de la tierra árboles tan centenarios que,

expandieron sus raíces por esos bellos rincones

de los litorales vírgenes.

Mansiones entre los verdes pináres

o entre robustos eucaliptos para descansar a gusto

con vista a los bellos mares, están rompiendo el paisaje

 de la flora y de la fauna, de las montañas de España

y de los verdes parajes.

Si quieren ver azul mar pueden acceder a esas playas

sin construir esos palacios como balcones al mar,

que rompen la hegemonía y arrásan con el entorno

de esos tan bellos lugares que, rebosante están de vida.

Prefiero verdes pináres contemplando esas playas,

en vez de grandes murallas rodeando los palacios

que no sirven de atalayas, sino que son los descansos

de quien sí pueden pagarlas.

Yo prefiero mi barquilla meciéndose entre las olas

al caer el atardecer contemplando el horizonte,

donde el sol se une a la mar bajo el cielo de poniente

trayendo el anochecer con blanca luna de plata

y luces de mil luceros sobre las aguas del mar,

allí por donde navego.

Cuando despierte la aurora y el sol se esté levantando

calentando la mañana, yo lo estaré contemplando

sobre mi pequeña barca, donde seguiré soñando

sobre los males que aquejan esos palacios de mármol,

que hacen desaparecer árboles de tantos años

que yo viví en mi niñez.

Alfombras de verdes pinos junto a la mar azul,

sombras que me dabas tú antes de que te mataran

y sirvieras como llamas en los hogares del sur

hechos con piedras de mármol para darles mejor luz.

Paremos la construcción sobre los verdes parajes

que son el mejor linaje de un mundo verde y azul

siendo el pulmón de la vida y no el calvario de una cruz.

Dejad que crezcan al viento y se rieguen con rocío

de las noches silenciosas que la luna le ha traído,

para que crezcan conténtos entre perdidos suspiros

de amores que al mar se fueron y que ella fue testigo.

Verde entre dos azules, así quiero ver el mundo

que otrora crearon sin egoísmo ninguno,

sino para disfrutar todos sus habitantes

de sus hermosos lugares con el amor más profundo.

 

 

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