“No es fácil llevar la cuenta de tu vida porque la duda siempre te asalta. Sabes cuánto es la historia vivida… pero nunca sabrás cuánto te falta”.
Los años van pasando rápido y pienso
que es corto aunque parezca inmenso,
el camino de la vida por mí recorrido…
Tuve sin embargo, muchas vivencias,
con enriquecedoras luces, experiencias,
que parte importante de mi vida han sido.
¿Cuántas veces reí? Uf… fueron muchas…
Por alegría, por los triunfos en mis luchas
o quizás algún chiste de final impredecible.
También reí porque amaba y me amaban
y por estar vivo, por quienes me cuidaban
y una infancia feliz fue entonces posible.
¿Cuántas veces lloré? Ah… tal vez pocas,
a pesar del triste decir de algunas bocas,
gente que pensaba que yo era un llorón…
Humano al fin, yo no siempre tuve calma
y claro, lloraba por dentro, desde mi alma,
lágrimas sinceras inundando el corazón.
¿Cuántas veces me avergoncé? Ay… ni sé,
pero en muchas ocasiones por torpe pequé
y herí a gente que nunca mereció ser herida.
Fueron los golpes que jamás dejé de recibir,
aquéllos cuyo duro impacto no supe asumir
y eran golpes propios asestados por la vida.
¿Cuántas veces pedí perdón? Incontables…
Es verdad, en mi vida hubo varios culpables,
pero mi culpa también se me hacía presente.
En mi infancia, en mi madurez, mi juventud,
creo que a pesar a todo fue una clara virtud
que poco fingiera ser una víctima inocente.
¿Cuántas veces me rebelé? La cuenta perdí.
A mis padres, a mi hija, al amor que sentí…
¿A Dios? Sí, claro… ¿para qué voy a negarlo?
No obstante, puedo asegurar sin perturbarme,
que usé mi dedo acusador para señalarme…
pero nunca – testigo es Él – para señalarlo.
¿Cuántas veces amé? Nunca dejé de amar,
hubo muchas en mi vida, lo puedo afirmar,
cada una dejó en mi historia alguna huella.
Mi cielo siempre fue amplio para el amor,
de cada hermosa obtuve al menos una flor
y ellas de mí… que les bajara una estrella.
No me arrepiento de ser quien soy jamás,
con mil defectos, torpe, culpable; es más,
tendré una sola cara aquí y en todas partes.
Tal vez mañana muera u hoy ¿quién lo sabe?,
pero todos recordarán – ninguna duda cabe –
cuántas veces pude ser yo, Álvaro Márquez.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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Imagen: yo