Me cansé de esperar
La piel se volvió pergamino
Se pegó a mis huesos
Mis ojos dejaron de buscarte entre la gente
Mi esperanza se convirtió en soledad
Se apagó la luz de mi sol
El frío llenó mi alma
Me dispuse a morir
Pero otras manos tomaron las mías
Manos que me dieron amor
Y otra vez me dispuse a vivir