Herraba en robustos e incandescentes cedros,
El fuego y marea mutilados y tristes
De un sauce a la orilla
de un lago de espuma.
Párpados apagados
de oro quemado y cirroso…
Maderos añosos
de Tierra y espanto ,que nunca acaba.
Rompiste
el Pacto de los Océanos y de la Tierra,
de los mares profundos y negros
con la enmarañada
telaraña de Sueños , ya vagos,
ya ignotos..
La nieve se sofoca al calor
de esta antigua Primavera
que se ha olvidado de mi llanto de Invierno…
Esta es una Oda a tu recuerdo.
Moriré en sangre y cenizas,
En ruinas malolientes,
En leyendas de historias
que nunca han sido..
En la inútil sombra siniestra
del hermético Destino
de los olvidados estoicos..
En lenguas ya olvidadas y yertas,
Y en el canto mineral
del Planeta que me envuelve piadoso
en su dulzor, negado,
en donde brotan las raíces de estos tristes versos,
como enseña de Amor perdido,
en secreto cerrado.
Y ya basta! me digo e impongo, anhelante:
-Pon el final a este indescifrable Poema!