¡No puedo! ..yo me confieso,
de pueblo hasta las muelas,
correr libre en mi pradera,
sin prisas y sin presión.
Los autos a la carrera,
me encierran en mi carril,
y las malditas bocinas,
me cantan con frenesí.
Al fin se me pone en verde,
me cuelo, a fondo le piso,
uno me ha lanzado un guiño,
yo una sonrisa sin fín.
Ahora voy la primera,
la cola pita mi apremio,
cayó como una aguacero,
de agujas por mi desliz.
¡No aguanto tanta apretura!
mis nervios a flor de piel,
busco un aparcamiento,
termino el camino a pié.
El tráfico de las ciudades,
acaba con mi paciencia,
mejor termino mi hacienda
y vuelvo al pueblo otra vez.
Dolores Egea ( Lolaila)