Cielo azul de primavera,
espejo de la vida,
parece que te hubieran
las nubes olvidado
y sólo el sol te embelleciera.
El camino se abre
como una blanca fruta.
Luz en enjambre,
el aire de septiembre.
Júbilo fugaz me nace.
Ah, cielo enmudecido
de quebrantos mundanos,
omnipresente castillo
con torres de luz
sin destino.
Ah, vastedad azul mi ojos
codician. Yo sueño sin razón,
distraído. Cúmulo de oro
cristalino, horizonte lejano.
Sacro, como un tesoro.
Cielo azul de primavera,
hoy tu misterio absoluto
es de una gravedad lenta.
Todo el valle recibe
¡bendición opulenta!