En el fondo de la sima,
quiero hacer una cabaña.
Para rescatar mi esencia,
que pululaba en la nada.
Dentro de ella quiero ser,
lo que de mi mismo falta.
En el fondo de la sima,
quiero aprenderme con calma.
Llevado por viejos vientos,
que en mis sueños me separan.
Rompo el tiempo que me queda,
y así poder ver mi alma.
Segundos que de la mano,
en mi quehacer me acompañan.
Lejos se me van quedando,
las viejas palabras fatuas.
En el fondo de la sima,
los sueños son como ninfas.
Que revolotean curiosas,
en mi cerebro escondidas.
En sus bailes ancestrales,
se descubre mi carisma.
Y sus cánticos son voces,
que el corazón acarician.
En el fondo de la sima,
hasta mis versos levitan.
Quiero hacer una cabaña,
en el fondo de la sima.
Sin paredes ni ventanas.
Que el techo sea el infinito,
y el suelo horas de calma.
Que los muebles sean los sueños,
de las cosas que me faltan.
Y la chimenea el cerebro,
que por su interior escapa.
Da vueltas el pensamiento,
en el vacío flotando.
Acercándose a la idea,
o huyendo hacia ningún lado.
En el fondo de la sima,
la niebla se va espesando.
Y las palabras confusas,
se debaten en el vaho.
En el vaho que desde dentro,
sale hacia afuera en los labios.
Y se congela en el centro,
de los principios cansados.
Una cabaña volátil,
que una futuro y pasado.
Y que se bañe el presente,
con la esencia de los años.
Quiero hacer una cabaña,
hecha de vida, sin barro.
A.L.
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