Invitación.
Acércate, por aquí tengo,
rutas muy frescas,
con sus brazos extendidos
de maderas y aguas,
que se alejan del hambre
y del calor.
Cuando llegues,
somplemente entra,
es tu casa,
mi techo hace mucho
te espera, siempre observando
el crujir de tus tacones.
Cuelga tu voz tras
la puerta, no la necesitaras,
la mía la escondí dentro
de un libro nuevo, que
todavía está por escribirse.
Seremos sólo tú y yo, a veces,
yo y tú, articulando gemi-dos,
como salvajes criaturas
sin vocabulario ni relojes,
en una fiesta agreste
sobre un cesped muy blanco.
O si prefieres, tú me esperas,
y yo voy con mi mundo
a tu portal, con mis rutas
y mis huesos, con mi boca
despalabrada, repleta de besos,
a celebrar nuestra
comunión privada,
de caderas y sorpresas.
Eduardo A. Bello Martínez Copyright 2018