Levantan el negro telón
para empezar con el concierto
el paisaje no está desierto
son las aves del orfeón.
Como enriquecen las mañanas
aun pálida y enamorada
la duna sonríe adornada
al escuchar notas hermanas.
Toca a la puerta El Carpintero
con su pico de berbiquí
le abre la escena al colibrí
compositor del cancionero.
Posa bien alto “El San Antonio”
con su sotana petirroja
en su dulce ritual arroja
ánima haz que corra el demonio.
Luce claro trino El Canario
él lleva copete de sol
su canto supera al bemol
en los días del calendario.
“El Chuchube” todo un tenor
sin sombras se muestran los médanos
su canción se mete en los tuétanos
para disipar el calor.
Sobre “El Cují” está “El Cristofué”
radiante cantar amarillo
tonalidad que calla al grillo
vuela sin despreciar la Fe.
En sus colores, no hay banderas
en sus cantos, hay libertad
un buen ejemplo de hermandad
viven sin conocer fronteras.