yer a las 1:53 pm
por Quinteño de Greda
Poema de mi Maestro don Quinteño de Greda , dedicado a mi hija .
La llama, sigue viva y alumbrando,
fulgor de juventud en noche oscura,
y un hálito destello de blancura
al rostro de María va dejando.
Al Alba, siempre al Alba va quedando
la luz que inflama luz a luz que cura,
y cose con un rayo de sutura,
y, al trombo del dolor, lo va cerrando…
Un cálido regazo ya le espera:
las aguas de su mar de Tarragona,
a aquella damisela que partiera
a tierras madrileñas. Hoy corona,
un bello resurgir de primavera
el vuelo juvenil de tu persona…
A María del Alba, hija de nuestro amigo y compañero Ramón Bonachi, con mis mejores deseos de una pronta recuperación.