(I)
AMOR, EN EL LAPSUS DE UN RECUERDO...
¿Dònde acudirá la rosa tatuada, cuando su aroma la entretenga... ?
¿En qué vuelo desoirá su nombre, cuando el labio la derroche... ?.
No es el valle, donde habita la gacela... la desidia de su nombre,
es la espina zozobrada... la razón de su reproche.
(II)
NÍVEAS SOLEDADES...
Níveas soledades...
destilan muy despacio la mañana,
licitan su pureza...
de ternura
y labio herido,
desbocan mi vacío...
de razón
insatisfecha,
desgarrando
la mañana...
en la fuente del olvido.
(III)
LA HERIDA QUE NO CESA...
Inviernos se devoran...
en el pliegue de un instante,
se desploman de tibieza...
en la herida sin caricia,
son cristales
desbocados...
en la copa sin espina,
desnudados
mansamente...
en la cárcel de su abismo.