Carlos Eduardo

UNA MILÉSIMA MÁS ALLÁ

 

Y hechizada ella,

llevaba

en su alma fantástica,

los signos verdes

de la muerte,

no sólo

uncida a la propia,

sino

de lo que ha amado;

daría lo mismo

que hubiese sido

o no,

pues el mundo

lo olvida,

también,

él se borra,

ocurriendo

como si nunca

nada haya existido;

es la muerte

transformada

en nada.

 

Sin comienzo ni fin,

sin: recuerdos,

vestigios, trazas,

tiempo, contenido ...

 

Nada de nada.

===========.

 

ELEFANTES, PUNTOS EN EL INFINITO