Que delicia de locura,
perpetua de tus costillas
el polvo de tus huesos
de donde nazco.
Cuando te veo
en todos los rostros
en el norte y en el sur
que es el mismo lugar.
La montaña descendía
abogada contratada
El gigante temblón
el viejo sabio listo
Se tomaban a golpes de aires puros
sus alientos enmohecidos
con sangrientas nubes babeaban
Reías con todos los hemisferios
era una como-edia que gustaba ella.