Madrugadas desnudas al beso del alba,
vertidas de luz a oscuras del sueño,
fuí tan solo el pensamiento inherente
de tus ruidosos insomnios,
nada queda en silencio cuando abres tus ojos
y me encuentras despierto anclado a tu alma.
Quieta y sencilla
como encenadas cristalinas pacientes y calmadas,
trinos y ríos melodía en alboradas,
siente mi voz entre el eco de las madrugadas,
te alienta el deseo si vives por mi,
vivo por ti y sumerjo mis días a tus sueños.
Que el viento desenrede a las hojas
mientras mis manos te enredan a mis brazos,
la lluvia moja el viento
mientras mi calma seca tus lágrimas,
fuego desciende del cielo en ardor veraniego
mientras asciende mi sombra para asirte a mi refugio,
madrugadas desnudas quiebran tu plácido dormitar
mientras una mirada mía construye la realidad con tus sueños.
Madrugadas desvestidas por caricias solares,
trajes nocturnos huyen repentinos sobre tu almohada,
residente de la noche cuando vivo en tu recuerdo,
nada queda en silencio cuando abres tus ojos
y me encuentras despierto anclado a tu alma.